Siempre fueron sirvientes y mozos, súbditos de una monarquía corrupta e inhumana. Con la proclamación de la segunda República, los desheredados abrazaron la oportunidad de convertirse en ciudadanos. Defendieron la República con su voz y con su voto cuando el cobarde fascismo español, con la ayuda del nazismo y el fascismo y la indiferencia o incluso la ayuda de las democracias burguesas, se levantó contra el pueblo español las masas se organizaron para defender la República. El momento histórico y la correlación de fuerzas fue absolutamente desfavorable para el bando republicano. Una vez derrotado los que no fueron asesinados fueron encarcelados, otros exiliados y muchos quedaron en la semi-clandestinidad observando cuáles eran las intenciones del Régimen que se pueden resumir en la frase de Mola “Eliminar sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”.
Ante esta situación muchos compañeros y compañeras se tiraron al monte. La guerra no acabo en el “39”. La lucha guerrillera se emprendió por todas partes, primero con optimismo, después con frustración, desánimo y deserciones ante la postura favorable a Franco de las principales democracias burguesas a partir de 1947.
En esta situación, y paradójicamente, se organiza en 1948 en las provincias de Málaga y Granada una de las partidas guerrilleras más numerosas, mejor organizadas y activas liderada por José Muñoz Lozano, “Roberto”, que logro poner en serías dificultades al régimen durante bastantes años. La esperanza de poder vencer al fascismo se mantuvo hasta 1951.
Apresado Roberto, que termino colaborando con el régimen, la mayor parte de los miembros de su partida fueron apresados o abatidos, y él, finalmente ejecutado en Granada. Afortunadamente, uno de sus batallones quedó aislado. Unos 30 hombres liderados por Manuel Pérez Rubiño, “Pablo el de Motril”, decidieron dejar las sierras de Málaga y trasladarse a Sierra Nevada y, más tarde a la Sierra de Baza, donde permanecieron durante unos meses en una relación y convivencia envidiables con los campesinos de El Raposo y sus alrededores, un paraíso que sabían que no iba a durar.
El horizonte de la derrota era el único que se vislumbraba así, que los maquis se plantearon salir de España. Intentaron unirse a compañeros de otras zonas sin éxito, después trataron de escapar por la costa pero el acoso del régimen era inmisericorde y no podía permitir que una parte emblemática de la agrupación Roberto terminase alcanzando el exilio. En esa peregrinación, esa misma noche que toman la decisión, caen en una emboscada en la Mina del Piojo, mueren dos compañeros y más tarde un tercero deserta. Solo quedaban dos opciones, o Francia o la muerte. Los siete supervivientes inician una travesía y pasan por el Raposo en una triste y dolorosa pero inevitable despedidas. Se dejaban mucho en esos parajes.
Localizador: | AN.gr-03 |
Nombre: | Ruta de los maquis de El Raposo y de Sierra de Baza |
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Organización(es): | Asociación de El Zenete y Guadix |
Contacto: | Jorge Fernández |
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El Raposo y el Maquis