En la Guerra de España la provincia de Granada, quedó partida en dos muy pronto. La línea de división se situó en las sierras, por ser lugares con un buen control visual y con ventajas para organizar la defensa.
A partir de septiembre de 1936 el frente fue estabilizándose, hasta quedar estancado. Partía del puerto de Motril en dirección norte, hasta el pico del Veleta, situado a 3.395 m.s.n.m. Desde este punto la línea continuaba en dirección noroeste, atrave-sando parte de Sierra Nevada y de las Sierras de Quéntar, de Beas, de la Alfaguara, de la Yedra y de Cogollos, para continuar en la misma dirección en su paso por Moclín y Tózar, hasta alcanzar la provincia de Jaén. En el Arco Noreste de la Vega de Granada el trazado tenía más de cuarenta kilómetros de recorrido, e incluía varios centenares de puntos fortificados. El frente se mantuvo estable, y solamente tuvo movimientos importantes en la zona del Peñón de la Mata (Cogollos Vega), en donde se situó la mayor actividad durante todo el periodo.
La construcción de las posiciones defensivas dependía de lo accidentado que fuese el terreno y de los recursos disponibles. En esta zona se aprovecharon puntos altos de los cerros para instalarlas. Normalmente, lo primero que se hacía era situar los nidos de ametralladora. Inmediatamente después se rodeaba el sitio con alambradas de espino. Una vez protegido, se cons-truían los pozos de tirador y los puestos de tiro, observación y escucha. Casi siempre estaban ocupados por dos o tres solda-dos y se hacían antes en la línea de vanguardia, que miraba al frente. El siguiente paso era levantar las estructuras localizadas en el área más resguardada, la de retaguardia. Este era el lugar en que estaban tanto las habitaciones o albergues en los que descansaba y hacía vida la guarnición, como los refugios para cobijarse, los depósitos de munición, los de agua y de víveres, así como los puestos de mando de los oficiales. Por último se construían las líneas de parapetos y se excavaban las trincheras para conectar todas las instalaciones. Los encargados de realizar las obras solían ser los zapadores, llamados así por la pala corta que tenían para cavar, conocida como zapa. Extracto de la publicación: “A través de las trincheras”, editada por la Asociación para la promoción económica del Arco Noreste de la Vega de Granada, “Alfanevada”